Casa de acogida

Las casas de acogida hacen una grandísima labor.

 

Pero también requiere de un fuerte compromiso y es una gran responsabilidad. Si acoges a un animal, sois su hogar y su familia durante el tiempo que esté con vosotros, os convertiréis en su nueva oportunidad y sirve de trampolín para que encuentre a su familia definitiva, lo cual supone una labor muy importante.

 

 

 

La imagen puede contener: una o varias personas, personas sentadas, perro y exterior        La imagen puede contener: 1 persona, sentado         La imagen puede contener: 1 persona, cielo y exterior         La imagen puede contener: gato

 

 

 

¿Por qué ser casa de acogida?

 

Los casos más delicados (como cachorros lactantes, animales heridos o enfermos, o con un grado importante de miedo) necesitan de un entorno más tranquilo que el que puede proporcionar la perrera. Por ejemplo, un perro que haya sufrido maltratos graves al principio no querrá socializarse, ni con personas ni con otros animales, por lo que necesitará una casa donde le puedan tranquilizar, donde pueda ir recobrando poco a poco la confianza y las fuerzas perdidas.

Es una experiencia muy gratificante ver como el animal gracias a ti y tus cuidados va mejorando día a día, y gracias a ello muchos animales logran tener un futuro mejor.

A pesar de lo gratificante que es convertirse en casa de acogida, hay varios aspectos que hay que tener en cuenta antes de decidir a hacerlo. Por un lado, hay que plantearse nuestra capacidad real de cuidado y atención al animal, así como las circunstancias de nuestro hogar (si tenemos niños que pueden interferir en los cuidados a un animal enfermo, si ya tenemos un animal en casa…), el tiempo y el espacio del que disponemos y que puede ser un compromiso tanto a corto como a largo plazo, dependiendo de cuándo salga adoptado el animal.

La paciencia y el cariño en el trato con el animal serán indispensables para que recupere la confianza en las personas y se adapte bien a nuestro hogar. Ten en cuenta que la despedida será dolorosa, especialmente si hay niños en casa, pero siempre hay que pensar que el animal por fin ha encontrado un hogar definitivo.

Lo más importante para dar el paso de convertirnos en casa de acogida es que nuestro compromiso sea firme (no sabemos cuándo adoptarán al animal) y que nuestra entrega y dedicación sea total para hacer que su calidad de vida mejore y que ya no tenga que pasar por ninguna mala experiencia más.

 

 

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